Ocurrió en una carretera de Cleveland, Ohio, en la madrugada del miércoles. El oficial Jonathan Ross estaba de guardia cuando vio a un hombre que pedía ayuda desesperadamente porque su esposa estaba dando a luz. La cabeza y los brazos del bebé habían emergido, pero aún no lloraba. Aunque el policía no tenía entrenamiento en partos de bebés, sabía que debía actuar rápido para salvar al recién nacido.