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Atlanta Elecciones 2020

“Si ganamos en Texas, nada nos podrá parar”, dice Jill Biden en gira por El Paso, DFW y Houston

Jill Biden, la esposa del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, visitó Texas el día que inició la votación anticipada en el estado, periodo que termina el 30 de octubre.
13 Oct 2020 – 07:48 PM EDT
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No es común que Texas sea un objetivo de las campañas presidenciales, mucho menos cuando falta una veintena de días para la elección. Pero 2020 es distinto en muchos aspectos y este año, el estado que da más votos electorales al Partido Republicano, ha conseguido una atención inédita, pues Joe Biden ve posibilidades de arrebatárselo a Donald Trump.

La doctora Jill Biden, esposa del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, ha visitado Texas el día en que comienza la votación anticipada, que ha registrado una importante afluencia en los principales condados a lo largo de la jornada.

“Por primera vez en mucho tiempo, ganar Texas es posible. No solo por Joe [Biden], sino en el Senado y en la Cámara estatal. Si ganamos aquí, nada nos podrá parar”, afirmó la ex segunda dama de Estados Unidos en la primera parada de su gira, que también incluyó la zona metropolitana de Dallas Fort Worth y culminó en Houston, la mayor ciudad del estado y la cuarta de todo el país.

Biden apareció en la ciudad fronteriza acompañada de Beto O’Rourke y la congresista Verónica Escobar.

“El Paso es la zona cero de los ataques de Donald Trump contra nuestra comunidad”, dijo Escobar. “Fuimos los primeros a los que atacó”, afirmó al recordar que los inmigrantes mexicanos fueron el primer ataque que lanzó el hoy presidente al anunciar su campaña, y que la ciudad fue escenario del peor atentado en contra de hispanos, cometido por un supremacista blanco, Patrick Crusius, quien dijo que su objetivo era matar mexicanos. Mató a 23 personas y dejó heridas a otras 23 en un Walmart de la ciudad fronteriza en agosto de 2019.

La idea de que un demócrata tuviese una oportunidad en Texas parecía lejana hasta hace poco tiempo. Aun cuando el presidente Donald Trump ganó en el estado en 2016 (como lo han hecho los republicanos ininterrumpidamente desde 1976), lo hizo por “solamente” un 9%: el porcentaje más bajo desde 1996.

La visita de Biden coincidió con las largas filas de votantes que se han reportado a lo largo del día para votar de forma anticipada, cuyos requisitos puedes encontrar en este artículo. Bexar (San Antonio), Harris (Houston), Dallas y Tarrant (Austin) han visto largas filas a lo largo del día. En Tarrant se reportó hoy también que el número de registro de votantes ha roto récords con respecto a años anteriores.

¿Estado en disputa?

¿Pero es suficiente para dar una vuelta a la balanza? El promedio de las encuestas pone al presidente Donald Trump con una ventaja de un 4.4%, de acuerdo con RealClearPolitics. La diferencia es similar a la de otros estados considerados como swing states, o estados en disputa, como Carolina del Norte, donde Biden adelanta por un 3.3%.

Texas tiene un porcentaje casi idéntico de población latina a la que tiene California: un 40%. Los hispanos representan el 30.4% del electorado, según Pew Research.

La campaña de Biden ha invertido una cifra inédita para anunciarse en el bastión republicano en la recta final: seis millones de dólares. Un número menor a la de otros estados pero que es la mayor que han invertido los demócratas en Texas desde hace décadas.

Y las palabras de Jill Biden en El Paso coinciden con las de algunos líderes republicanos, como el republicano Ted Cruz, quien advirtió hace unos días que el escenario para el GOP en Texas puede ser similar al que ocurrió después de Watergate, el escándalo que obligó a renunciar al presidente Richard Nixon entre acusaciones de corrupción. Cruz se refiere precisamente a la última vez que un candidato presidencial ganó en estas tierras: la elección de 1976, hace 44 años, cuando Jimmy Carter derrotó a Gerald Ford.

“Estoy preocupado. [La elección en Texas] es muy volátil. Si la gente vuelve a trabajar y es optimista, el presidente [Trump] puede ganar con un gran margen”, dijo el senador republicano a CNBC el viernes pasado.

“Pero también creo que si el día de las elecciones la gente está enojada, ha renunciado a la esperanza o está deprimida, [el Partido Republicano] enfrenta una terrible elección. Podríamos perder la Casa Blanca y tanto las dos cámaras del Congreso. Podría ser un baño de sangre de proporciones Watergate”.

Texas, con sus 38 votos en el Colegio Electoral y sus 36 congresistas, hace que, matemáticamente, la posibilidad de que el GOP se recuperase de una derrota en el estado es mínima. Pero un “Texas azul” todavía parece lejano, sobre todo en un bastión republicano de la dimensión de Texas. ¿Puede marcar una diferencia? La respuesta se conocerá a partir del próximo 3 de noviembre.

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