En el balcón de aquel tercer piso, la policía encontró cartas manuscritas firmadas por las menores; una de las menores que sufrieron bullying murió y la otra se encuentra en estado crítico. En las misivas, una de las niñas les pidió perdón a sus padres por su decisión, porque aunque dijo que quería vivir, no se iba a separar de su hermana, quien estaba pasando por un proceso de cambio de género. "No la voy a dejar sola”, escribió.