Elizabeth Salas, una inmigrante boliviana, trabajó como empleada doméstica para Ruth Bader Ginsburg durante 22 años. "Lo último que me dijo es que no quería que yo trabajara más", aseguró la hispana, indicando que la jueza siempre la defendió y protegió. La magistrada será enterrada en el Cementerio Nacional de Arlington, Virginia, junto a su esposo.
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