Ir a ver los restos del Titanic, viajar al polo sur, participar en lujosos safaris africanos y hacer visitas guiadas al círculo polar ártico son algunas de las aventuras extremas que solo los amantes de las emociones fuertes, con un exceso de adrenalina y quienes cuentan con los recursos económicos tienen la posibilidad de experimentar. La muerte de los cinco tripulantes del sumergible Titán ha abierto el debate sobre la práctica del turismo extremo y sus altos riesgos.
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