Dulce Ambición arrancó por Univision: una guerra persigue la felicidad de María de la Paz
Esta noche el amor llegó a tu pantalla a través de la dulzura y la pasión. La telenovela protagonizada por Juliana Paes, Agatha Moreira, Reynaldo Gianecchini y Marcos Palmeira comenzó por Univision para mantenerte noche a noche en un mar de emociones con una historia repleta de frenesí, traiciones y lucha. Sigue Dulce Ambición de lunes a viernes a las 10P/ 9C por Univision.
En este capítulo de estreno conocimos el presente de una mujer que cayó rendida ante Cupido al conocer a un hombre de se quedó en su corazón desde el primer encuentro. A continuación, te relatamos los acontecimientos que marcaron el primer episodio.
Una guerra sin fin entre dos familias
Siendo una niña, María de la Paz ignoraba que su familia, los Ramírez, mantenía una antigua y mortal rivalidad con los Mateos. Ella se dedicada a pasar sus días en compañía de su abuela y aprendiendo a cocinar deliciosos pasteles. Mientras la pequeña vivía sus dulces sueños, los integrantes de su clan no paraban en acabar con sus enemigos.
Del otro lado, los Mateos tampoco encontraban un descanso en sus deseos de venganza y esperaban los momentos ideales para atacar a sus archienemigos cuando menos lo esperaran. De uno y del otro bando vidas se apagaban y el círculo fatídico parecía no tener fin. Años después una vaga esperanza de paz llegó de mano del amor.
Un primer encuentro repleto de amor
Ya como una mujer adulta, María de la Paz perfeccionó sus dotes culinarios y gracias a su abuela era una maestra en la preparación de pasteles. Tristemente, el cariño y la posibilidad de comenzar una vida con alguien se esfumó cuando su novio fue asesinado por la vieja rencilla familiar. Pronto el destino la pondría en un camino aparentemente equivocado.
Entre los Mateos se encontraba un hombre trabajador y distinto a ellos. Amadeo había regresado a su pueblo natal luego de haber estudiado leyes por mandato de su padre para sacar de la cárcel a sus familiares acusados de cometer asesinatos. Nunca imaginó que un encuentro casual desataría un caos.
Una tarde María de la Paz cabalgaba por el campo cuando inesperadamente su caballo desbocó y a toda velocidad la puso en riesgo de sufrir una caída mortal. Afortunadamente, Amadeo apareció para auxiliarla y evitar que se accidentara. De inmediato la llama del deseo y del amor se encendió. Sus ojos se convirtieron en fuego y sus palabras en encanto.
Tras el inesperado primer encuentro, él no se guardó sus sentimientos y antes de que ella se marchara le confesó que había caído rendido ante su belleza. Emocionado le pidió que regresara al otro día. María de la Paz tampoco podía ocultar la locura que empezaba a nacer en su alma.
Como lo prometió, María regresó a la tarde siguiente y de regalo le llevó un pastel hecho con sus manos. Al probarlo, Amadeo quedó fascinado con los inigualables sabores. Pero toda la felicidad se derrumbaría cuando ambos revelaran su identidad.
Ella le contó que era parte de una familia que mantenía una eterna guerra contra los Mateos. Al saber que era una Ramírez el mundo de Amadeo se nubló y se vio obligado a decir que él llevaba su sangre. María de la Paz enmudeció con la noticia y su corazón cayó en un profundo abismo. Sin imaginárselo, sus vidas estaban marcadas por el odio y se hallaban condenados a ser enemigos.
Sin embargo, ninguno estaba resignado a renunciar a su amor y decidieron que hablarían con sus familias para que los dejaran vivir en paz. Con la esperanza en su corazón, los dos se dirigieron a casa con la difícil misión sobre sus espaldas.
El rechazo y una tregua de amor
Los Ramírez dieron el grito en el cielo cuando se enteraron de los deseos de María, quien les había pedido que terminaran la guerra y que acudieran a una cita para hablar con Amadeo. Su abuela no escuchó razones y ordenó que fuera encerrada en su cuarto. Además, le pidió a uno de sus hijos que acabara con la vida del enamorado de su nieta.
Los Mateos reaccionaron igual, pero decidieron acudir a la cita para arrancarle la vida a uno de sus enemigos. Al ver que María no estaba presente, Amadeo reaccionó con preocupación, pues descubrió la presencia de uno de los Ramírez. De inmediato un tiroteo comenzó y terminó en tragedia. Una muerte se sumaba a la persistente lucha entre clanes. El primo de María había sido asesinado, y ante el fallecimiento del papá de sus sobrinas decidió tomar cartas en el asunto.
Acompañada del sacerdote del pueblo decidió acudir a casa de los Mateos para defender su amor y buscar una tregua que ponga fin al sufrimiento y los decesos innecesarios.