Ana Jiménez salió de la casa en la que ha vivido por 21 años a trabajar la mañana del 9 de febrero. Al poco tiempo, recibió una llamada de su hija en la que le pedía que regresara debido a que alguien había entrado a su casa y habían dejado destrozos en su vivienda. Al llegar, se sorprendió al saber que habían sido elementos del Gwinnett Metro Task Force.