Convivir, acariciar, cepillar y montar un caballo puede tener consecuencias positivas en la salud mental de todas las personas, pero sobre todo de aquellas que viven con algún tipo de autismo. Eso lo pudimos comprobar en el rancho Pony Power, un lugar al que asisten niños y jóvenes que precisan educación especial para pasar tiempo de calidad con estos adorables animales.