En un estimado preliminar, se cree que más de 10,500 acres fueron arrasados debido a la conflagración, alentada por los fuertes vientos en el área, dificultando así la labor de extinción. Autoridades han dicho que la meta es controlar el fuego antes del fin de semana, ya que se avecina una ola de calor que podría complicar las cosas aún más.
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