Luis Valderrama, propietario de un rancho ubicado al pie del río Bravo, denuncia que entre 300 y 500 migrantes pasan por su propiedad cada día. Asegura que, en el recorrido, los indocumentados dejan toneladas de plástico y ropa, lo que ya habría ocasionado la muerte de dos de sus vacas. Rancheros de la zona han decidido cercar sus terrenos con alambre de púas; sin embargo, esto no ha impedido el cruce de más personas.
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