Darío Antonio Úsuga, alias Otoniel, el principal narcotraficante de Colombia, aseguró que pudo crear su poderío de narcotráfico, asesinatos y otros delitos porque hacía pactos diabólicos y actos de hechicería. Los informes de inteligencia de 30 años de seguimiento revelaron que el sujeto es supersticioso: odia a los gatos, se encomendaba a las almas del purgatorio y a la Santa Muerte.