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cuidados del bebe

Así puedes identificar si tu bebé tiene granuloma umbilical y cómo debes tratarlo

Publicado 21 Ene 2019 – 12:32 PM EST | Actualizado 21 Ene 2019 – 12:32 PM EST
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A veces, tras la caída del cordón umbilical, la madre se encuentra con que hay una bolita roja en el ombligo, una suerte de masa o bultito de color rosado. Si esto le pasa a tu bebé, ¡no te asustes! Se llama granuloma umbilical y es un pequeño nódulo o excrecencia del mismo tejido que debería desprenderse, pero que persiste luego de la caída del cordón y casi siempre aparece en las primeras semanas de vida, según el pediatra español Jesús Garrido García.

Un granuloma es una masa más o menos esférica de células inmunes, que se forma cuando el sistema inmunológico intenta aislar sustancias extrañas que no fueron eliminadas. Mientras el ombligo está cicatrizando, se puede ver esta masa redondeada, bien definida, de superficie lisa o rugosa, principalmente en color rosado, pero también puede ser blanca o algo gris, a veces está cubierta de un moco pegajoso y otras puede supurar un fluido amarillento.

Además, de acuerdo con los médicos españoles Joan Martí Fernández y María Castillo Quirante, el granuloma puede estar acompañado de sensibilidad y « eritema» o enrojecimiento en la piel alrededor del ombligo. Sucede, principalmente, cuando el cordón se cae demasiado pronto (lo habitual es que lo haga entre el tercer y décimo día). También pasa si el cordón umbilical es muy grueso, ya que en esos casos suele tardar más en caerse y, al hacerlo, queda húmeda la base. El granuloma no es una infección del ombligo, sino un crecimiento anormal del mismo.

El tamaño del granuloma umbilical puede variar entre un milímetro y un centímetro. Su tratamiento por lo general consiste en aplicaciones tópicas de nitrato de plata al 75% directo al ombliguito. Esta sustancia seca la lesión y debe ser aplicada una o dos veces a la semana por la cantidad de tiempo que se requiera hasta que se regenere el tejido conjuntivo durante la cicatrización, o sea, que termine de «epitelizarse» la piel, explica un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Aunque, según el estudio, si el problema no responde tras dos o tres aplicaciones con el nitrato de plata o es de color rojo cereza, debe sospecharse que sea un pólipo o seno, un trozo de tejido que está conectado a la vejiga y se llama «onfalocele», o al intestino cuando es un remanente «onfalomesentérico». Estos casos, que suelen ser muy raros, pueden llegar a requerir una intervención quirúrgica.

Igualmente, si ves que el bulto aumenta con el esfuerzo de tu bebé, como cuando llora o defeca, puede tratarse de una hernia umbilical.

Aún no se sabe por qué hay bebés que desarrollan un granuloma umbilical. Está relacionado con la forma en que el tejido se va curando a sí mismo o cicatrizando y en cómo se separa el cordón umbilical del bebé. Es necesario tratarlo porque, de lo contrario, crece de tamaño y puede convertirse en el punto de entrada de futuras infecciones umbilicales.

En caso de que existan síntomas como enrojecimiento de la zona alrededor del ombligo, mal olor, supuración, fiebre mayor de 38ºC o que el bebé llore al tocar el ombligo, debes consultar con la pediatra de inmediato, porque puede tratarse de una infección umbilical. Nunca dejes desatendida una infección en un bebé recién nacido porque puede ser fatal.

Hay dos tipos de infecciones, y un médico de cabecera también puede identificar cuál es y cómo tratarla. En la infección local, tu bebé está bien en lo general, pero tiene inflamado su ombligo con secreción, huele mal y le duele al contacto. Este tipo de infección en el ombligo se llama « onfalitis».

Le van a recetar antisépticos, antibióticos locales o ambos. Suele ser que en dos o tres días ya esté mejor. De todas formas, para prevenir las infecciones, los médicos recomiendan lavarse bien las manos antes y después de tocar el ombligo, al momento de hacer su limpieza diaria.

Por su parte, hay infecciones generales que se transmiten al torrente sanguíneo, por lo que, en este caso, además de lo anterior aparece fiebre y malestar, lo que requiere una evaluación médica. Y es que, a veces, desde el ombligo infectado se extiende la infección al resto del cuerpo y es grave.

Nuevamente, y es que nunca se dice demasiado poco: acude con el personal médico cuando sea que percibas que algo no marcha con tu bebé como debería.

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