Si te gustaron Glee y American Horror Story, entonces amarás Pose, la nueva serie de Ryan Murphy
¿Sabes cuántas series hay en este momento? Solo en Estados Unidos hay más de 500, muchas buenas, otras no tanto, pero todas tienen una cosa en común: están en medio de una competencia tan feroz que destacar es una labor casi imposible. Un programa de TV nuevo tiene que luchar contra favoritos del público, como Game of Thrones, y contra la programación original de sitios de streaming como Netflix, y todo por entretener a los televidentes aunque sea por media hora.
Parece tan difícil, pero un creador ha logrado que su trabajo brille: Ryan Murphy. Seguramente lo conoces porque creó Glee y American Horror Story. Él tiene una capacidad increíble de crear narraciones y personajes fascinantes y darle un giro distinto a los géneros establecidos, como el terror (con AHS). Ahora él lanzó una nueva serie con sus viejos compañeros de set ( Evan Peters y Kate Mara) y una historia basada en la realidad que vale la pena ver, así es Pose.
Miedo y glamour en Nueva York
Pose está ubicada en un período de la historia americana muy particular: 1987. Por un lado los yuppies, aquellos hombres de negocios ostentosos que manejaban Wall Street (como Donald Trump o Patrick Bateman, el antihéroe de Psicópata Americano) y que igualaban la riqueza con el éxito, y, por el otro, la comunidad LGBTI, azotada por la pobreza, el rechazo y la crisis del SIDA.
En esos mundos tan distintos se desarrollan dos historias paralelas que tienen un tema en común: vivir de forma genuina. La primera se centra en los balls, los lugares de reunión de las personas que no eran bienvenidas en ningún otro lugar. Afroamericanos y latinos gay y transgénero solían frecuentar estas fiestas para tener un lugar en el mundo donde sentirse aceptados.
En esta subcultura se encuentra Blanca (Mj Rodriguez), una mujer transgénero que decide comenzar su propia familia y competir contra su madre, la persona que la sacó de la calle, Elektra Abundance (Dominique Jackson). Suena complicado, pero el show no necesita explicarlo, es tan sencillo como enternecedor: las «madres» recibían jóvenes gay que habían sido abandonados por sus padres biológicos y los cuidaban como si fueran propios.
Vale aclarar que, con cinco actores trans, Pose ostenta uno de los elencos más diversos de la televisión actual y también cuenta con la participación de dos activistas por los derechos de esta minoría, Janet Mock y Our Lady J. Sí, la inclusión está de moda, pero esta decisión fue necesaria para que estos personajes se conviertan en humanos y no en caricaturas.
Por otro lado, en el otro extremo de la sociedad se encuentra Stan Bowes (Evan Peters), un chico blanco de clase media que consigue un trabajo en la torre Trump y busca vivir lo que todos dicen que es el sueño americano: la casa grande, la familia nuclear, el auto último modelo. Acumula, pero esa vida de privilegios no lo hace feliz.
La de Stan es una historia que ya hemos visto muchas veces, ya sea en Psicópata Americano, El club de la Pelea o Sólo un sueño. Es un mundo conocido, pero lo que sucede en los márgenes de Manhattan es lo que, hasta ahora, no habíamos visto en la televisión y es lo que hace que Pose sea única y esencial. La de Bianca y Elektra es historia clásica de rivalidad y superación, pero en un mundo que ninguna serie nos había mostrado.
Pose es capaz de sumergirte en un universo lleno de colores vibrantes y música de los 80, pero te recuerda que detrás de la fiesta hay mucho dolor y miedo. En medio de una epidemia que mataba a las personas en cuestión de meses y enfrentados al rechazo de la sociedad, ellos construyeron un lugar para poder ser ellos mismos y festejar al mejor estilo de Ryan Murphy: exagerado y lleno de glamour.
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