La constelación de Aries también tiene una curiosa historia detrás, basada en el animal que representa al signo: el carnero y, como ocurre en otros signos, tiene su interesante relación con Zeus y los dioses del Olimpo, así como una íntima mancuerna con dos pequeños griegos. Shutterstock.com
Pero el rey se cansó de su esposa la diosa y decidió terminar su matrimonio, para conseguirse una nueva mujer: Ino, con quien tuvo otros dos hijos. Pero ella despreciaba a sus hijastros y quería que fueran sus hijos quienes heredaran toda la fortuna del reino, por lo que pronto planeó un terrible plan para deshacerse de ellos. Shutterstock.com
Ine mandó quemar todas las semillas y cosechas del reino para que los granjeros sufrieran y le pidieran ayuda al rey Atamante, temerosos de la hambruna. Se decidió ir con un oráculo para que les dijera que hacer, pero Ine sobornó a los encargados de ir para que volvieran con el rey a decir que la única solución era que tenían que sacrificar a su hijo mayor, Frixo. Crédito: Shutterstock.com
El rey, resignado a que matar a su primogénito era su única opción para salvar al reino, estaba a punto de sacrificarlo para Zeus, pero desde el Olimpo, la madre de los pequeños, la diosa de las nubes Néfele, le pidió ayuda a Hermes, el mensajero para rescatar a sus chicos. Crédito: Shutterstock.com
Así, Néfele y Hermes mandaron una bella criatura al rescate: un hermoso carnero que no sólo era alado, sino que tenía la piel dorada y por si fuera poco, la capacidad de hablar. El "vellocino de oro" bajó del Olimpo y se llevó a los pequeños Frixo y Hele para alejarlos del rey y su terrible madrastra. Shutterstock.com
Después de que Frixo le ofrece el vellocino de oro al rey, éste lo consagra a Ares, el dios de la guerra (y relacionado con el signo) y lo cuelga de una encina en un bosque dedicado al dios, Enseguida lo pone bajo el cuidado de un descomunal dragón y rodeado por campos donde pastan enormes toros salvajes. Crédito: Shutterstock.com
Pero el cuento no acaba aquí, porque Zeus, reconociendo el valor del carnero dorado, decide honrarlo dándole su propia constelación, la cual dicen que no brilla tanto como otras justamente porque su brillo se quedó en el vellocino de oro en el reino donde se exilió Frixo. Crédito: Shutterstock.com