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Lilibet 'Lili' Diana Mountbatten-Windsor

Ahora sí: la hija de Meghan Markle y el príncipe Harry ya aspira al trono (pero prevalece un misterio)

Tuvieron que pasar 52 días para que el palacio de Buckingham tomara en cuenta a Lilibet Diana, la hija de Meghan Markle y el príncipe Harry, en la línea de sucesión al trono. La corona no se había tomado tanto tiempo para hacerlo con los más recientes bebés de la familia real.

Mira también: ¿Por qué Louis, el hijo el príncipe William y Kate Middleton, perdió un lugar privilegiado en la línea de sucesión?
27 Jul 2021 – 01:20 PM EDT
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Luego de que la prensa británica exhibió al palacio de Buckingham al hacer notar que Lilibet Diana, la hija de Meghan Markle y el príncipe Harry, no aparecía en la línea de sucesión al trono, ya hubo una respuesta por parte de la corona.

Desde el pasado sábado 24 de julio, diarios como The Sun hicieron notar que en la página oficial de la familia real no estaba la bebé dentro del apartado de la línea de sucesión, pese a que nació desde el pasado 4 de junio y que, por derecho, tiene un lugar dentro de esa lista.

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Tras su nacimiento, la niña se convirtió en la octava en ese listado, solo detrás de su hermano Archie. Pero hasta el pasado fin de semana, esa posición la ocupaba su tío abuelo, el príncipe Andrés, según constaba en la página oficial de la familia real británica.

Esta omisión cobró fuerza en los titulares del Reino Unido y EEUU y fue hasta este lunes 26 de julio que Buckingham tomó cartas en el asunto. Desde esta semana, 'Lili' Diana ya aparece oficialmente en la línea de sucesión a la corona en el lugar que le corresponde, desplazando a la novena posición al polémico príncipe Andrés.

La base legal de la línea de sucesión se remonta al siglo 17 en el reinado de Guillermo III, según un reporte de People. Ésta sufrió una modificación en 2013 para poner fin al sistema de primogenitura masculina, que le daba por 'default' una posición privilegiada a los herederos varones de la familia, por encima de las mujeres.


Esa revisión también sirvió para eliminar una regla histórica acerca de que un miembro de la realeza británica no podía mantener su posición en la línea de sucesión si se casaba con una persona de religión católica.

Las posiciones de Lilibet Diana y su hermano Archie, de 2 años, se podrían ir modificando hacia abajo en algunos años más si es que sus primos, George (8 años), Charlotte (6) y Louis (3) llegan a tener hijos. Los tres niños están por encima de los vástagos de Meghan Markle debido a que son retoños del príncipe William, segundo en la línea de sucesión.

Sin embargo, tras el ajuste que hizo Buckingham para agregar a 'Lili' Diana en la página oficial de la familia real, aún prevalece un misterio: ¿por qué tomó casi dos meses para que se le diera su lugar en la lista?

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"Tienes que preguntar qué les ha llevado tanto tiempo", dijo Chris Ship, editor de realeza para la cadena ITV, citado en una reseña publicada por Page Six, "todo lo que tienen que hacer es presionar el botón de párrafo y poner un número diferente".

" Debieron haberlo hecho antes. Lo hicieron con Archie. Claramente lo hicieron con Louis cuando nació", reclamó el experto. Y es que de los bebés que han llegado recientemente a la familia, llama la atención que con la niña fue con la que más tiempo se ha tomado la corona para considerarla oficialmente en la línea de sucesión.

Su hermano Archie fue agregado solo 15 días después de que nació, el 6 de mayo de 2019. Su primo Louis, quien nació el 23 de abril de 2018, apareció en la línea de sucesión 12 días después de que llegó al mundo. Lucas, el bisnieto de la reina Isabel que nació en marzo pasado y que es hijo de Zara y Mike Tindall, se le consideró dentro de la lista solo días después de que nació, en marzo pasado.

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Un portavoz del palacio de Buckingham justificó la omisión de Lilibet Diana diciendo al Daily Mail que el sitio web de la familia real se "actualiza periódicamente", pero no dio mayores detalles de qué fue lo que sucedió para que les tomara tanto tiempo agregarla.

Hay quienes especulan que esto se trata de un plan de venganza por parte de la reina Isabel y la familia ante las polémicas declaraciones que este año han hecho Meghan Markle y el príncipe Harry en contra de la corona. Sin embargo, esto es solo parte de las teorías de conspiración que se suscitaron a raíz de esta controvertida omisión.

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