¿Los antiguos griegos ofrecían sacrificios humanos a Zeus?
Una reciente prueba apunta a dar por cierto el mito de que los antiguos griegos hacían sacrificios humanos y comían la carne de los sacrificados.
¿Mito o realidad?
Siempre ha existido la teoría de que los antiguos griegos ofrecían sacrificios humanos a Zeus y consumían porciones de carne humana con fines rituales.
La tradición así lo señala, al igual que algunas referencias documentales, entre las cuales una muy importante es la de Platón en La República, en la que el filósofo escribe: «Quien ha probado entrañas humanas mezcladas con las de otras víctimas, necesariamente se convierte en lobo».
Pero lo anterior nunca ha pasado de ser una polémica teoría, por la falta de evidencias de comprobación. Al parecer, la prueba arqueológica que respalda la veracidad de la hipótesis al fin ha sido hallada, precisamente en el Licaión, lugar donde se levantó el principal templo a Zeus.
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El sorteo de la carne
El Licaión o Liceo es un monte de la Arcadia griega que cuenta con dos picos, el más alto, de 1421 metros, donde se erigió el altar al Zeus Liceo. Según la mitología griega, Zeus nació y creció en estos parajes. Habría sido allí donde Pelasgo y su hijo Licaón, míticos ancestros de los habitantes del Peloponeso, fundaron el ritual de hacer sacrificios a Zeus.
El rito, hasta ahora en duda por falta de pruebas, consistía en sacrificar a un joven, junto con otros animales, como ovejas y cabras. Las carnes eran mezcladas y cada asistente comía una ración; bajo la creencia de que a quien le correspondiera un trozo humano se convertiría en lobo. La mitología cuenta que Zeus transformó a Licaón en lobo como castigo por haberle servido a su propio hijo Arcas como comida.
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Las excavaciones apenas comienzan
El hallazgo arqueológico realizado en la Arcadia incluye el altar, un esqueleto humano y huesos de animales. La osamenta humana, de la que falta el cráneo, era de un cuerpo de 1,52 metros de estatura y los análisis indican que se trataba de un adolescente. Las fracciones de cerámica micénica y otras pruebas han permitido estimar que las partes están en el lugar desde el siglo XI a. E. C.
Aunque aún no hay especialistas que se atreven a afirmar de manera categórica que están frente a una prueba definitiva de la veracidad del mito, si se cree que la mezcla de huesos humanos con animales es un fuerte indicio favorable. En todo caso, las excavaciones en el antiguo altar de Zeus, que se realizan desde hace 9 años, apenas si llevan un avance del 7 %, por lo que grandes descubrimientos podrían estar por llegar.