Chef convence al mundo de comer colillas de cigarrillos como una delicatessen
Hemos visto de todo en la gastronomía mundial. Comidas cocinadas con energía geotérmica de un volcán -como es el caso del restaurante El Diablo, en Lanzarote, España, o como es el caso de Modern Toilet en Taipei, en el que los asientos son inodoros reales y las bebidas se sirven en orinales en miniatura…
Como vemos en el video, no es que se sirvan colillas de cigarrillos de verdad, sino más bien se trata de un juego con los ingredientes para preparar unos postres bastante peculiares. Si alguna vez pensaste que nunca comerías nada “raro”, deberías probar la esponja sucia que no es más que un bizcocho de aceite de oliva con cobertura de menta y bañado en mermelada de fresa.
Dulces peculiares: el arte de Ben Churchill
Y es que el chef Ben Churchill desafía nuestra capacidad de asombro. Las temáticas de sus creaciones pueden variar (¡por suerte!) y no se restringen a figuras que quizás causan más rechazo que interés. El «trono de hierro» de la popular serie Game of Thrones, por ejemplo, también ha sido reproducido en sus manos confiteras.
Todos los platos que Churchill realiza son postres aunque lo que veas frente a tus ojos indique lo contrario.
Comida ilusionista
En una entrevista exclusiva con la revista Times of Youth, el chef se define a si mismo como un ilusionista de la comida, pues todas sus creaciones, además de ser impresionantes, parecen una cosa…pero son otra.
Ben considera que sus obras son postres diseñados para engañar la mente y también los sentidos. Y, efectivamente, su creatividad abarca una gran variedad de temas desde videojuegos o películas hasta los cigarros que vimos.
La experiencia de Ben en esta rama de la gastronomía se remonta a 2016. Si bien su destreza en el ramo culinario es de más de una década, nunca antes había incursionado en la pastelería.
A su juicio, la inspiración para realizar estas obras de arte comestibles (y perturbadoras en algunos casos) le llega de cualquier parte. Puede ser después de ver una película o algo que vio en la calle.
Para Churchill, la imaginación no tiene límites. Por eso, el chef aconseja a cualquiera que desee oírlo:
Es un muy buen consejo de alguien que propone comer unas deliciosas colillas de cigarrillo en un cenicero, todo de chocolate obviamente.
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