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¿Por qué nos gusta fumar cuando bebemos alcohol? La ciencia tiene la respuesta

Publicado 28 Feb 2018 – 10:29 AM EST | Actualizado 23 Mar 2018 – 01:46 PM EDT
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Estás con amigos, tienes una cerveza helada en tu mano y ¿qué más te puede faltar? Pues fumar algo no estaría nada mal. Tomas un trago de cerveza, prendes un cigarro, aspiras profundo y esa primera pitada te llena de placer. No fumas seguido, pero durante una fiesta todo cambia. Sabes que no es bueno para tu salud, pero qué bien se siente. 

¿Te ves reflejado en esa situación? Si eres un fumador social, entonces conoces a la perfección la necesidad de prender un cigarro cuando estás con amigos y alcohol. Tu cerebro te lo pide a gritos, pero ¿sabes a qué se debe? 

La combinación perfecta

Según una entrevista de  VICE con el doctor John Dani, neurocientífico y experto en adicciones de la Universidad de Pennsylvania, existen dos razones por las que sentimos la necesidad de fumar en estas situaciones: la primera es consecuencia de la manera en la que  la nicotina afecta la memoria, y la segunda es cómo la nicotina combinada con el alcohol reduce los niveles de dopamina, el neurotransmisor responsable del placer, en el cerebro. 

Esos dos efectos hacen que los cigarros sepan deliciosos después de algunos tragos, pero ¿cómo funciona? Según un estudio realizado por el experto, la nicotina fortalece las conexiones neuronales, pero «solo cuando el llamado centro de recompensas del cerebro lanza una señal de dopamina. Ese es el proceso principal que crea asociaciones en la memoria».

Al fortalecer las conexiones neuronales se crean nuevas memorias: fumar provoca placer. Por eso los fumadores sociales asocian un lugar con amigos y alcohol con el cigarro y sienten la necesidad de prender uno sin importar cuánto hace que no fuman. 

Sin embargo, los cigarros mezclados con alcohol no aumentan la dopamina que se libera en el cerebro, sino todo lo contrario. En otro experimento realizado con roedores, el doctor pensó que las personas que fuman y toman experimentan más placer, pero descubrió que sucede lo opuesto. Así fue como descubrieron que, en realidad, la mezcla de nicotina y alcohol hace que el cuerpo libere hormonas del estrés que detienen la emisión de dopamina.

Por lo tanto, él cree que las personas toman y fuman para recuperar la felicidad. Es un círculo vicioso: tomar alcohol trae los recuerdos positivos del cigarro, fumas y te sientes menos feliz y para recuperarte necesitas tomar más. 

Es un vicio que engaña nuestro cerebro y nos dice que nos llenará de placer, pero en realidad es todo lo contrario. Fumar tiene consecuencias muy negativas para la salud, incluso si solo lo haces socialmente. Puedes creer que fumar de vez en cuando, entre amigos, no tiene nada de malo, pero Dani advierte que «es muy común que ese hábito se convierta en algo regular y entonces se convertirá en algo muy difícil de abandonar».  

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