Dejó de fumar, ahorró el dinero y ahora viaja por el mundo inspirándonos por lo que ha logrado
Los fumadores sabemos que abandonar una vieja costumbre no es fácil, más si estamos sometidos a estrés o ansiedad. Gastamos mucho dinero en cajas de cigarrillos y nos condenamos a una muerte lenta y desagradable.
Lo más sorprendente es que sabiendo lo que nos espera, seguimos fumando sin reparos y cuando nuestros seres queridos nos piden que abandonemos el vicio, nos enojamos y rara vez les hacemos caso.
La historia de Nilo
Nilo Veloso, un hombre de 66 años oriundo de Fortaleza, Brasil, fumaba tres paquetes de cigarrillos por día hasta los 54 años. Sus días comenzaban y finalizaban con una bomba de nicotina entre sus dedos, de hecho no esperaba a desayunar para encender el primer cigarro del día.
Hasta que un día todo cambió. En 2005, Nilo conducía camino a su casa mientras fumaba —como de costumbre— cuando comenzó a marearse y a sentir que su cuerpo se desvanecía. Enseguida tiró el cigarrillo y empezó a rezar.
Desde ese día Nilo, no volvió a fumar. Decidió hacer algo productivo con el dinero en vez de acrecentar sus posibilidades de desarrollar cáncer del pulmón. Ahorró el dinero que hubiese gastado en cigarrillos y lo usó para viajar y remodelar su casa. Incluso encontró un pasatiempo: andar en bicicleta.
Hoy, 12 años después de tomar la decisión de cambiar de hábitos, este hombre luce más saludable por la ausencia de nicotina. Su piel cambió, al igual que sus dientes, su sentido del olfato y su capacidad física. Pasó de ser un fumador empedernido a un deportista amateur que disfruta del aire libre montado a su bicicleta.
Nilo, es un ejemplo para los que aún no nos decidimos a abandonar el cigarro. Es un ejemplo de que solo se necesita tenacidad, fuerza y fe. Si logramos tendremos una mejor calidad de vida.