Aprende a pintar el techo FÁCIL ¡Sin volverte loca!
¡No llames a un pintor! Sé que miras hacia arriba y piensas que tan difícil no debe ser… ¡Anímate de una vez! Pintar el cielo raso tiene algunos inconvenientes (como su altura ¡obvio!) pero no es una tarea imposible.
Si primero te informas, ¡te saldrá genial! Aprende todo ahora y pon manos a la obra ya mismo.
Antes de comenzar a pintar el cielo raso
La verdad es que una siempre piensa en las paredes, pero si miras hacia arriba y ves que el techo ya no está tan blanco como en sus días de gloria o ha tenido goteras ya reparadas, se hace fundamental volver a pintar.
Es una tarea algo más exigente que cuando pintas paredes, pero no es imposible, es más, una vez que comiences te vas a dar cuenta de que no era para temerle tanto.
Comienza por despejar el ambiente, porque con los muebles va a ser algo difícil de llevar a cabo. No tienes que vaciar la habitación por completo, porque a veces es algo imposible, pero sí saca las cosas pequeñas y ordena todo de manera tal que no queden tantos obstáculos. Lo que haya quedado en ese espacio deberás taparlo con sábanas viejas, que se puedan manchar, al igual que el piso.
Lo siguiente será eliminar todo resto de pintura suelta, descascarada y lijar un poco. No tiene que quedar 100% perfecto, porque nadie te va a buscar los defectos del cielo raso ni se espera que esté totalmente liso. Mientras saques lo mejor que puedes y luego lo pintes bien, estará genial.
¡Manos a la obra con la pintura!
Elige un día que no sea húmedo para pintar, y abre las ventanas para que el aire circule. Para hacer el trabajo más fácil puedes comprar un rodillo de espuma pequeño, porque los grandes se vuelven bastante pesados cuando llevan la pintura encima y se dificultará más tu trabajo.
El color de pintura más tradicional es el blanco, que siempre queda bien e ilumina los ambientes, pero no quiere decir que sí o sí debas usar ese tono para tu techo. ¡Puedes innovar!
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Al comenzar a pintar recuerda usar ropa que después puedas “tirar a la basura” porque seguramente varias gotas te caerán desde arriba. Empieza en pequeños sectores, no pintes de lado a lado ni te disperses demasiado, porque te puede pasar (seguro cuando le des la segunda mano) que cuando mires hacia abajo para cargar pintura al rodillo, luego no recuerdes por dónde ibas.
Lo mejor es darle dos manos de pintura, mínimo. Si ves que aún se notan las manchas o irregularidades, puedes darle una o dos manos más, teniendo el cuidado de que se sequen antes de repetir.
Cuando te quieras acordar, ya vas a haber terminado de pintar el techo, ¡y te va a quedar bárbaro! No importa que notes alguna imperfección, lo que realmente interesa es que lo hiciste con tus propias manos, y has de estar orgullosa de eso. ¡Felicitaciones!