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La mitología detrás de Tauro

Conoce la historia que esconde la constelación del toro del Zodiaco, que involucra a Zeus y otra de sus 'aventurillas'.
11 May 2021 – 06:59 AM EDT
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Tauro es otra de las constelaciones del Zodiaco. Este toro se encuentra en el firmamento entre Aries al oeste y Géminis en el este; al norte está Perseo y Auriga, al suroeste Orión, y el sureste Eridano y Cetus. Crédito: Shutterstock
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Como suele pasar, el mito más conocido sobre la constelación suele ser la griega, aunque hay varios cuentos también en otras culturas, como los romanos, los egipcios, los persas y hasta con los chinos. Shutterstock.com
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Desde la antigüedad se consideraba al toro como un símbolo de fortaleza y de fertilidad. Algunos egipcios, después de venerarlos durante toda su vida, llegaron a momificar algunos de estos animales. Luego de ser convertidos en momias se les ponía en ataúdes de piedra, que hasta hoy pueden verse en la ciudad de Menfis. Shutterstock.com
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Para los griegos el toro era un animal muy noble, majestuoso, sin dejar de ser misterioso y agresivo. También representaba la pasión masculina y el deseo de poseer bienes materiales y deseo sexual. Es quizá por eso que fue otra de las criaturas de la naturaleza elegida por Zeus para transformarse y 'hacer de las suyas'. Shutterstock.com
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Como todos sabemos, Zeus era bien 'ojo alegre' y le encantaba buscar otras conquistas (y tener hijos con varias mujeres mortales). En esta ocasión, quedó prendado de la belleza de Europa, hija de Agenor, el rey de Canaán (y quien era hijo de Poseidón). El padre de todos los dioses estaba obsesionado con la chica, así que armó su nefasto plan para hacerla suya. Crédito: Shutterstock.com
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Zeus envió a Hermes a conducir el ganado de Agenor a la costa de Tiro, donde solía pasear Europa con sus amigas, y él mismo se unió al rebaño transformado en un hermoso toro blanco como la nieve con dos pequeños cuernos, entre los cuales había una raya negra. Crédito: Shutterstock.com
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Europa quedó prendada del animal curioso y se acercó a jugar con él. Le puso flores en la boca y guirnaldas en los cuernos hasta que, finalmente, se subió sobre su lomo como si fuera un caballo. Zeus, que había estado como si nada 'dejándose querer', aprovechó el momento para secuestrarla. Shutterstock.com
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Porque claro, el padre de todos los dioses no tomaría un NO como respuesta y prefirió vilmente secuestrar a la pobre Europa. Huyendo a toda velocidad, se zambuyó en el mar, con la chica sosteniéndose por su vida agarrándolo de los cuernos. Shutterstock.com
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Zeus llegó hasta la costa cretense de Cortina donde violó a la pobre de Europa y tuvo con ella tres hijos: Minos (quien sería el legendario rey de Creta), Radamantis (que con Eaco llegaron a ser posteriormente los jueces del Tártaro) y Sarpedón. Shutterstock.com
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Zeus, para demostrarle su amor a Europa, también recreó en las estrellas al toro blanco que había encandilado a la joven, dando origen así, al toro del Zodiaco entre las constelaciones. Shutterstock.com
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En Tauro hay dos cúmulos estelares muy famosos: Las Pléyades y Las Híades. Orión persiguió con fines amorosos a las siete Pléyades (Alcyone, Celaeno, Electra, Taigeta, Maia, Estérope y Mérope), hijas de Atlas y de Pléyone. Ellas huyeron hasta que los dioses las transformaron en palomas y las pusieron entre las estrellas; y Orión fue mortalmente picado por un escorpión. Crédito: Shutterstock.com
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Zeus las convirtió en estrellas y quiso ubicarlas en un lugar muy seguro, y fue cómo optó por el lomo de su querido toro en honor de Europa. Cinco de las pléyades siguieron el mismo destino que las otras pero no por Orión, sino por la pena que sentían por la pérdida de su hermano Hías. Las Híades continúan sufriendo por la muerte y todavía lloran. Cuando llueve en la Tierra es, según la leyenda, por esto mismo. Shutterstock.com
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Otras culturas también tienen su propia historia acerca del origen de Tauro. Por ejemplo, los egipcios asocian a la constelación con los dioses Osiris e Isis, representados como mitad toro y mitad vaca. Según ellos, se podía observar claramente la formación de los cuernos cuando la Luna creciente cruzaba la constelación. Shutterstock.com
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Los romanos relacionaban al toro con Baco, el dios del vino. Durante las bacanales, se hacía desfilar un toro cubierto de flores, escoltado por un grupo de bailarinas que representaban a las Pléyades y las Híades, los dos cúmulos estelares en el interior de la constelación. Crédito: Getty
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