Desde la antigüedad se consideraba al toro como un símbolo de fortaleza y de fertilidad. Algunos egipcios, después de venerarlos durante toda su vida, llegaron a momificar algunos de estos animales. Luego de ser convertidos en momias se les ponía en ataúdes de piedra, que hasta hoy pueden verse en la ciudad de Menfis. Shutterstock.com
Para los griegos el toro era un animal muy noble, majestuoso, sin dejar de ser misterioso y agresivo. También representaba la pasión masculina y el deseo de poseer bienes materiales y deseo sexual. Es quizá por eso que fue otra de las criaturas de la naturaleza elegida por Zeus para transformarse y 'hacer de las suyas'. Shutterstock.com
Como todos sabemos, Zeus era bien 'ojo alegre' y le encantaba buscar otras conquistas (y tener hijos con varias mujeres mortales). En esta ocasión, quedó prendado de la belleza de Europa, hija de Agenor, el rey de Canaán (y quien era hijo de Poseidón). El padre de todos los dioses estaba obsesionado con la chica, así que armó su nefasto plan para hacerla suya. Crédito: Shutterstock.com
Europa quedó prendada del animal curioso y se acercó a jugar con él. Le puso flores en la boca y guirnaldas en los cuernos hasta que, finalmente, se subió sobre su lomo como si fuera un caballo. Zeus, que había estado como si nada 'dejándose querer', aprovechó el momento para secuestrarla. Shutterstock.com
En Tauro hay dos cúmulos estelares muy famosos: Las Pléyades y Las Híades. Orión persiguió con fines amorosos a las siete Pléyades (Alcyone, Celaeno, Electra, Taigeta, Maia, Estérope y Mérope), hijas de Atlas y de Pléyone. Ellas huyeron hasta que los dioses las transformaron en palomas y las pusieron entre las estrellas; y Orión fue mortalmente picado por un escorpión. Crédito: Shutterstock.com
Zeus las convirtió en estrellas y quiso ubicarlas en un lugar muy seguro, y fue cómo optó por el lomo de su querido toro en honor de Europa. Cinco de las pléyades siguieron el mismo destino que las otras pero no por Orión, sino por la pena que sentían por la pérdida de su hermano Hías. Las Híades continúan sufriendo por la muerte y todavía lloran. Cuando llueve en la Tierra es, según la leyenda, por esto mismo. Shutterstock.com
Otras culturas también tienen su propia historia acerca del origen de Tauro. Por ejemplo, los egipcios asocian a la constelación con los dioses Osiris e Isis, representados como mitad toro y mitad vaca. Según ellos, se podía observar claramente la formación de los cuernos cuando la Luna creciente cruzaba la constelación. Shutterstock.com
Los romanos relacionaban al toro con Baco, el dios del vino. Durante las bacanales, se hacía desfilar un toro cubierto de flores, escoltado por un grupo de bailarinas que representaban a las Pléyades y las Híades, los dos cúmulos estelares en el interior de la constelación. Crédito: Getty