El día que ejecutaron a Tito Torbellino: 6 disparos que acabaron con un referente de los narcocorridos
Fueron seis tiros a quemarropa los que inesperada y violentamente acabaron con la vida de Tito Torbellino el 29 de mayo de 2014. Una ejecución a la hora del almuerzo, en un local de cocina japonesa y ante numerosos testigos, que se resolvería, al menos parcialmente, con otra sangrienta balacera casi tres meses después.
A las 3 de la tarde, el cantante se encontraba en el restaurante RED, ubicado frente a la concurrida Plaza Tutuli. Apenas había llegado a Ciudad Obregón, en Sonora, donde la noche siguiente tenía programada una presentación en la Expo de la ciudad. Alegre y de buen humor, Tito –nacido como Tomás Eduardo Tovar Rascón el domingo 24 de mayo de 1981 en Phoenix, Arizona– hizo su orden de sushi y pidió una cerveza. El establecimiento, decorado en rojo y con motivos orientales, estaba lleno a esa hora del día. Era jueves y había mucha gente en el lugar.
Dos sujetos vestidos de negro entraron por la puerta que sale a la avenida Guerrero. Uno se quedó vigilando la entrada mientras otro se acercó a grandes zancadas y vació su pistola calibre 9 milímetros sobre el pecho del cantante, ante el estupor y el pánico de sus acompañantes. Los dos hombres se dieron a la fuga aprovechando la confusión.
Tito fue trasladado por una unidad de Seguridad Pública Municipal a un hospital cercano, pero murió antes de llegar al centro médico.
El sueño de Tito
La banda de Tito y su Torbellino se formó en el año 2002, después de que Tito abandonara la escuela para dedicarse por completo a la música, que lo apasionaba desde chiquillo. La agrupación musical integraba tuba, batería, bajo sexto, bajo eléctrico, y un magnífico acordeón ejecutado por el propio Tito, quien desde los 14 años tocaba este instrumento.
Con más de 13 álbumes grabados, Tito y su Torbellino se encontraba prácticamente en el clímax de su carrera artística cuando fue ejecutado. Acababa de firmar un contrato con la casa discográfica Sony Music. Sus temas enmarcados principalmente en el género de narcocorridos y el llamado movimiento alterado -entre las canciones más famosas estaba 'El avión de la Kush'; 'Te la pasas'; 'No eres tú soy yo' y 'La cita'- sonaban fuerte en las radiodifusoras de regional mexicano y había hecho duetos con otros famosos intérpretes como Espinoza Paz y Larry Hernández. Era un sueño hecho realidad que había perseguido por muchos años.
Admirador confeso de artistas como Los Tigres del Norte o Intocable por la forma en que manejan su carrera, Tito estaba convencido de que “para todos sale el sol” y que su grupo tenía mucho que dar en el mundo de los corridos. Él se había criado en ese ambiente. Lo llevaba en la sangre.
Comenzó a escribir corridos cuando era un adolescente. "Siempre los compongo basándome en hechos reales", dijo en una entrevista con el canal Bandamax. "No me gusta andar inventando cosas", agregó. Muchas veces era el propio personaje de la historia quien le narró lo ocurrido, aunque en otras ocasiones recurría a fuentes como internet o a los periódicos para escribir sus letras.
Al preguntarle directamente si no tenía miedo ante la forma trágica en que han terminado las vidas de algunos compositores e intérpretes de corridos, Tito respondió con decisión: “ Todos los trabajos tienen sus riesgos y en mi trabajo la cosa es cuidar bien lo que se escribe y lo que se habla para no meterme en broncas".
Algunos de los temas de Tito estaban inspirados en historias de Pedrón Ántrax (Pedro Valenzuela Meza) y Alfredo Beltrán 'El Junior', dos de los narcos con reputación de sanguinarios. En sus canciones, los actos de esas personas se encumbraban hasta resultar casi heróicos.
Tras su muerte, se especuló que fuera precisamente eso, su afán de trovador de los narcos, lo que le hubiera convertido en objetivo de una de esas historias que disfrutaba cantando.
Justicia brutal
Las autoridades iniciaron una investigación para localizar a los autores del asesinato, aunque el desenlace a las pesquisas se aceleraría con otro crimen ocurrido unos meses después.
El 18 de julio, durante una fiesta privada celebrada en un domicilio en la colonia Bella Vista de Ciudad Obregón, una mujer identificada como Blanca Olivia Acosta Encinas murió abatida por los disparos de un joven de 26 años llamado Carlos Montes Pacheco. El pistolero no sabía que un elemento de la PEI (Policía Estatal Investigadora de Sonora) estaba en el lugar. El agente reaccionó al asalto, persiguió al agresor hasta la calle y terminó por dispararle mortalmente. En esa balacera el policía también resultó herido.
Tras realizar una comparación de la persona que mató al cantante Tito Torbellino, con aquella que atacó a la mujer semanas después, la PGJE (Procuraduría General de Justicia del Estado) concluyó que se trataba de la misma persona.
El cuerpo de Montes Pacheco quedó tendido a media calle junto a un arma de fuego, tipo escuadra 9 milímetros, la misma que se usó para acabar trágicamente con la vida de Tito Torbellino.
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