Mi hijo lloriquea si no le pongo atención todo el tiempo ¿cómo evitarlo sin regaños?
Aunque tener un hijo es una experiencia increíble, también conlleva ciertas dificultades. Desde las primeras horas de su nacimiento, hasta la adolescencia, los retos estarán presentes en el camino.
Durante la primera infancia, uno de esos problemas son los lloriqueos que aparecen especialmente cuando mamá o papá retira la atención de su hijo para enfocarse en otros asuntos.
Lo más importante es reconocer que los niños lloriquean porque es su manera de pedir ayuda sobre prácticamente cualquier cosa que puedan necesitar, de acuerdo con los especialistas.
Ya sea alimento, un juguete o recibir amor, si tu pequeño siente que no lo tiene y que no obtiene una respuesta de tu parte, lo más probable es que empiecen los lloriqueos.
Para evitar que tu hijo o hija derrame lágrimas en cuanto desvías tu atención hacia otra cosa, hay algunos tipos que los expertos en crianza sugieren.
No incluyen gritos ni regaños, para que su relación y su autoestima no resulte afectada.
#1 Atiende sus necesidades
Por supuesto, el primer paso para evitar que tu hijo o hija lloriquee es atender sus necesidades cuando las expresa. Sin embargo, esto no significa que estés a su disposición todo el tiempo.
Las recomendaciones sobre qué hacer cuando estás ocupada y él o ella necesita algo las encontrarás más adelante.
#2 Reconoce qué necesita
Lo más importante para parar sus lloriqueos es detectar qué es lo que necesita en ese momento.
Aunque esto no es especialmente fácil, considera factores como el tiempo que ha pasado sin comer o tomar agua, si le prometiste jugar y no lo has hecho, etc.
#3 Enséñale una nueva manera de resolver problemas
Si el punto anterior se te está dificultando, lo mejor es que trabajen en encontrar otras formas de expresar sus necesidades (lo cual, además, será una gran herramienta de comunicación en el futuro).
Los expertos sugiere un sencillo ejemplo para lograrlo:
También dale a entender que los lloriqueos no son agradables de escuchar y que no captará tu atención con ellos.
Aquí puedes aplicar oraciones como:
Al hacerlo, recuerda mantener tu voz neutra y calmada; si te enojas, solo se desesperará más.
#4 Si tienes otras cosas que hacer, explícaselo
En ocasiones, los niños o niñas comienzan a lloriquear justo cuando su mamá está a punto de cocinar, a la mitad de una llamada o cuando inicia su trabajo desde casa.
Si este es tu caso, habla con claridad con tu hijo o hija para explicarle que por unos minutos no podrás atenderle.
La recomendación de los especialistas es establecer un periodo de tiempo realista. Mencionarle, por ejemplo: «En cuanto termine de picar las verduras, resolvemos tu rompecabezas» o «en cuanto cuelgue el teléfono te doy una fruta».
Evita frases vagas como «en un rato» o «luego», ya que no podrá entender que sus necesidades serán atendidas pronto y volverá a lloriquear.
Con estos tips, estás lista para fortalecer la comunicación con tu pequeño y evitar situaciones estresantes.
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