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Fiscales admiten que acusaron erróneamente a una rusa de ofrecer sexo para infiltrarse entre los republicanos

Maria Butina, de 29 años, había sido acusada de ser un agente extranjero no registrado. Los fiscales aseguraban que la mujer coqueteaba con políticos a cambio de inmiscuirse en la política de Estados Unidos. Lo hacían sobre la base de unos mensajes de texto que la mujer intercambió con un amigo ruso.
8 Sep 2018 – 11:11 PM EDT
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Fiscales federales admitieron haber acusado erróneamente a Maria Butina, una ciudadana rusa de 29 años que fue arrestada por presuntamente haber actuado ilegalmente como agente extranjero de su país, y haber ofrecido sexo a políticos a cambio de infiltrarse en los círculos republicanos de Estados Unidos.

Según los documentos de la corte, archivados el viernes y citados por distintos medios, los funcionarios de la oficina del fiscal general en Washington, reconocieron su "equivocación". Admitieron haber malinterpretado mensajes de texto con bromas entre Butina y un amigo de vieja data que trabaja como relacionista público de un grupo ruso a favor del derecho a portar armas fundado por la propia joven.

En los mensajes, cuenta el diario The Washington Post, él le decía: "No sé cuánto me debes por este seguro", al referirse a la renovación del seguro del auto con el que Butina aparentemente le había pedido que le ayudara. Ella le respondió: "Sexo (...) Muchas gracias. No tengo nada más. Ni un centavo a mi nombre". Y él replicó: "Piensa en algo más. No me interesa tener sexo contigo".

El pasado julio, la mujer fue arrestada y acusada de conspirar y actuar ilegalmente como un agente ruso en lo que los fiscales alegaron se trataba de una campaña secreta para influenciar a políticos republicanos en Estados Unidos, incluyendo al presidente Donald Trump inclusive durante la campaña. Se declaró no culpable de los cargos.


Aparentemente, la joven estudiante de Ciencias Políticas que se habría instalado en EEUU en agosto de 2016, medró en las altas esferas del movimiento conservador estadounidense con el objetivo de “penetrar en el aparato nacional de toma de decisiones de Estados Unidos para avanzar en la agenda de la Federación Rusa", escribió el fiscal del Departamento de Justicia sobre los cargos.

Butina habría entablado amistad con influyentes líderes de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y la Conferencia de Acción Política Conservadora, alabando su interés en los asuntos estadounidenses y sus esfuerzos por promover los derechos a las armas en la Rusia restrictiva de Vladimir Putin. Se habría puesto del lado de los candidatos presidenciales del Partido Republicano, buscando primero un encuentro con el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, y luego con el propio Donald Trump.

Desde que recaló en tierra estadounidense, el FBI la marcó en su radar para determinar con quién se estaba reuniendo y qué estaba haciendo en Estados Unidos, un tipo de rastreo que es frecuente cuando se sospecha de extranjeros que trabajan en nombre de otro gobierno.

Para entonces, Butina ya habría interrogado públicamente a Trump sobre sus puntos de vista sobre Rusia y se habría reunido brevemente con su hijo mayor en una convención de la NRA. Después de que el FBI comenzó a monitorearla, Butina habría asistido a un baile en la toma de posesión de Trump en enero de 2017 y habría tratado de organizar una reunión entre él y un alto funcionario del gobierno ruso en un evento del año pasado, narra un amplio reportaje publicado por el diario The Washington Post .

En lo documentos de este viernes, los fiscales admiten el error al interpretar esos mensajes de texto específicos, pero recomiendan que Butina permanezca en custodia por el riesgo de fuga. Se encuentra arrestada en un centro de detención de Alexandria, en Virginia.

Los fiscales aseguran que tiene profundos lazos con Rusia y pocas conexiones con Estados Unidos. Desde su arresto, ellos aseguran que no está claro si la joven es solamente una simple estudiante extranjera con un interés en la política estadounidense, o si se trata de una agente rusa.

Afirman que emisarios del gobierno ruso la han visitado al menos seis veces en la prisión y que el ministro de Relaciones Exteriores, Sergey V. Lavrov, se ha quejado en dos ocasiones sobre este caso con el secretario de Estado, Mike Pompeo.

"Las acciones de la Federación Rusa hacia la acusada han confirmado su relación con su propio gobierno y el valor que tiene", dicen los fiscales.

Según la acusación de un gran jurado, Butina se encontraba en el país con visa de estudiante, aunque, aseguraban, realmente trabajaba para un alto funcionario del Kremlin sin haberlo notificado debidamente, lo que constituiría un delito de conspiración que se pena con hasta cinco años de prisión.

Los abogados de la mujer argumentan que el error cometido por los fiscales demuestra que tienen un caso débil contra su clienta y que por eso debe ser liberada. Un juez federal revisará esta solicitud el lunes.

"Me contenta que se retractaran, pero de muchas maneras el daño ya está hecho", dijo en una entrevista el defensor Robert N. Driscoll. "Una simple búsqueda en Google usando la frase 'Maria Butina y sexo' genera más de 300,000 resultados", agregó.

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