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Dietas

La larga y extraña historia de las dietas que se ponen de moda

Durante siglos, la gente ha tratado de perder peso de muchas maneras: bebiendo vinagre, evitando los pantanos o comiendo alimentos del mismo color. Una experta en nutrición hace un recuento de las más extravagantes y explica por qué no debes hacerles caso.
2 Dic 2017 – 09:47 AM EST
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La historia de las dietas demuestra que muchas veces la vanidad supera el sentido común. Crédito: Stephen Brashear/Getty Images

"De todos los parásitos que afectan a la humanidad no conozco, ni me puedo imaginar, uno más angustioso que el de la obesidad".

Así comienza Letter on Corpulence, de William Banting, probablemente el primer libro sobre dietas publicado en el mundo. Banting, un empresario de pompas fúnebres con sobrepeso, lo publicó en 1864, para contar su éxito después de reemplazar una ingesta excesiva de pan, azúcar y patatas con carne, por pescado y verduras en su mayoría.

Desde entonces, las dietas de moda han aparecido en muchas formas. ¿Qué tan lejos llegarán las personas para lograr su figura deseada? Como profesora de nutrición y comportamiento alimentario, mi sensación es que la historia de las dietas muestra que la vanidad supera el sentido común.

Líquidos y nada más

Remontémonos al año 1028, año en que nació Guillermo el Conquistador. Fue saludable la mayor parte de su vida, pero se puso tan gordo en sus últimos años que siguió una dieta líquida que consistía en casi nada más que alcohol. Perdió el peso suficiente para volver a montar su preciado caballo, pero un accidente de equitación pronto lo llevó a una muerte prematura.



Se sabe de un caso en el que consumir más alcohol que alimentos supuestamente llevó a la longevidad. En 1558, el noble italiano Luigi Cornaro restringió su consumo diario a 12 onzas de comida y 14 onzas de vino. Se rumorea que vivió hasta los 102 años de edad, lo que le valió a su práctica el apodo de la dieta de la inmortalidad.

Otro plan centrado en el alcohol, la dieta del hombre que bebe, se introdujo en la década de 1960. Esto incluía alimentos llamados «varoniles» como bistec y pescado, junto con la cantidad de alcohol que se deseara.

El poeta Lord Byron atribuyó su apariencia pálida y delgada, al vinagre y al agua. Esta práctica resurgió en la década de 1950 como la popular dieta de vinagre de sidra de manzana, que instruye a las personas a beber una mezcla a partes iguales de miel y vinagre. La última versión, aunque no cuenta con respaldo científico, afirma que tres cucharaditas de vinagre de sidra de manzana antes de cada comida frenarán los antojos y reducirán la grasa.

Limpiezas

Las dietas líquidas, «más limpias» y desintoxicantes están diseñadas para supuestamente eliminar del cuerpo las toxinas, a pesar de nuestra capacidad natural para hacerlo.

En 1941, el entusiasta de la salud alternativa Stanley Burroughs creó Master Cleanse, o la dieta de la limonada, para eliminar los antojos de comida chatarra, el alcohol, el tabaco y las drogas. Todo lo que se tenía que hacer era consumir una mezcla de jugo de limón o lima, jarabe de arce, agua y pimienta de cayena seis veces al día, durante al menos 10 días. Beyoncé lo probó en 2006 y juró que había perdió 20 libras en dos semanas.


El médico de la TV Dr. Oz y otros han promovido sus propias versiones, variando en longitud y alimentos permitidos. La mayoría incluye un laxante diario y cantidades copiosas de agua.

La dieta de última oportunidad, publicada en 1976, consistía en beber un líquido muy bajo en calorías unas pocas veces al día. El ingrediente principal era una mezcla de subproductos animales predigeridos: pienso de piel, cuernos y tendones. Este «batido de carne» fue retirado del mercado después de que varios seguidores murieran.

Más recientemente, el plan Green Juice se hizo popular. Muchos fueron cautivados por la promesa de una limpieza profunda o pérdida de peso rápida, mientras que otros lo vieron como una forma fácil de consumir más frutas y verduras. Una de las recetas originales requería manzanas, apio, pepino, col rizada, limón y jengibre.

Las dietas de las celebridades

Andy Warhol tenía un enfoque diferente para mantener su físico. Según han informado, al ir a un restaurante ordenaba comidas que no le gustaran, y pedía una caja para llevar cuando se iba. Luego le daba la caja una persona sin hogar.

Dormir era otra posibilidad. Se rumoreaba que Elvis Presley era un defensor de la dieta de la Bella Durmiente. Sus largas sesiones de sueño inducidas por pastillas inhibían la alimentación.

Un esfuerzo más reciente para imitar a estas celebridades, la Hollywood 48 Hour Miracle Diet se unió a la Hollywood 24 Hour Miracle Diet, al suplemento dietético Hollywood Daily Miracle Diet Drink Mix y a varios suplementos dietéticos.

Rapidez a costa de lo que sea

A principios de la década de 1900, el empresario con sobrepeso Horace Fletcher adelgazó e hizo de la dieta un fenómeno de la cultura pop con su dieta de masticar. Recomendó masticar la comida hasta que se volviera líquida para evitar comer en exceso.

Otro método que se decía que era popular a principios del siglo XX fue la dieta tenia. Teóricamente, uno se tragaría una tenia o unas pastillas con tenias (lombriz solitaria). El gusano luego viviría en el estómago y consumiría algo de la comida que se ingiriera. Si bien se han encontrado anuncios antiguos, no hay evidencia de que realmente se vendieran tenias.

Otras dietas han atraído a los fanáticos a través de los años, con la promesa de una pérdida de peso fácil a través de un único alimento milagroso. Existe la dieta de la toronja, que recomienda la mitad de una toronja antes de cada comida; la dieta de mantequilla de maní y la dieta del helado, ambas prometen que se puede consumir a diario tanto de dicha comida como se desee; y la dieta Shangri-La en 2006, que afirmaba que se podía vencer el hambre bebiendo aceite de oliva aproximadamente una hora antes de cada comida.


Un ejemplo destacado fue la dieta de sopa de repollo, popularizada por primera vez por celebridades en la década de 1950. Consistía en consumir nada más que sopa durante siete días. La receta original requería repollo, verduras, agua y sopa de cebolla seca, pero otras versiones añadían ingredientes como fruta, leche descremada y carne. Vuelve a ponerse de moda cada diez años más o menos.

Ideas alternativas

Algunas dietas y sus teorías de apoyo fueron más allá de la comida.

En 1727, el escritor Thomas Short observó que las personas con sobrepeso vivían cerca de los pantanos. Su dieta de evitar los pantanos, por lo tanto, recomendaba (obviamente) alejarse de los pantanos.

En lugar de alejarse de los pantanos, el respiracionismo recomienda no comer. En una entrevista de 2017, sus seguidores afirmaron que la comida y el agua son innecesarias, y por ello subsisten únicamente de la espiritualidad y la luz del sol. El ayuno prolongado eventualmente llevaría a la inanición, pero los devotos han sido vistos comiendo y bebiendo.

La peligrosa dieta de la mota de algodón surgió en 2013. Los practicantes informaron que consumieron hasta cinco bolas de algodón a la vez, diciendo que se sentían llenos y perdían peso. Con el desafortunado efecto secundario de la obstrucción intestinal, esta dieta se desvaneció.

Pero no todas las ideas inusuales son malas. La dieta de siete días, publicada en 2003, sugirió comer alimentos de un solo color cada día. Por ejemplo, el día rojo incluiría tomates, manzanas y arándanos. En realidad, esto lo que busca es enfatizar alimentos saludables para incluir en la dieta, en lugar de hacer mezclas o tener restricciones locas.

Aunque intrigante, las dietas de moda suelen ser soluciones rápidas a corto plazo. Pueden producir una pérdida inicial de peso rápida, pero esto se debe a la menor ingesta de calorías y no a lo que consume específicamente esa persona.

En cambio, debemos recordar que no hay un secreto simple para perder peso. Lograr una pérdida de peso sostenida, y mantenerse así requiere reducir el consumo de calorías y aumentar los niveles de actividad física (con o sin toronja o repollo).

*Melissa Wdowik profesora asistente de Ciencias de los Alimentos y Nutrición Humana en la Universidad Estatal de Colorado

The Conversation

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