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Así afecta a los mercados de frutas y verduras la escasez de combustible en la Ciudad de México

Aunque los precios de los alimentos no han aumentado ni escaseado, comerciantes de alimentos han comenzado a sufrir los efectos a consecuencia de la escasez de gasolina que se vive en la Ciudad de México, como parte de una iniciativa para luchar contra el robo de combustible.
15 Ene 2019 – 08:18 PM EST
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Una mujer compra fruta en un puesto en el mercado mayorista Central de Abasto en la Ciudad de México. Crédito: REUTERS/Daniel Becerril

CIUDAD DE MÉXICO.- Rufino Gabriel tiene 60 años y una familia de al menos 11 integrantes. Todos trabajan como comerciantes en un mercado de la Ciudad de México vendiendo frutas y legumbres. Diario, desde antes de las 5 de la mañana, la familia sale de su casa en las afueras de la capital, montados en una vieja camioneta pickup para ir a la Central de Abasto por productos y luego llegar al mercado para venderlos.

Esa rutina tuvo que modificarse desde hace casi una semana, luego de una iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador para acabar con el robo de combustible, que consiste en cerrar algunos poliductos del país para evitar pérdidas, y que ha provocado largas filas de conductores que esperan llenar sus tanques.

Aunque la familia Gabriel ha tenido que formar parte de esas filas, se sienten afortunados porque hasta ahora no han tenido que interrumpir sus rutinas de compra y venta de mercancía, pero les preocupa que, de seguir con esta problemática, los precios de los productos que compran en la Central de Abasto (el mercado más grande de América Latina) puedan encarecerse o escasear.

“Hay un temor, una preocupación sobre lo que podría suceder en los próximos días. Pero hemos podido trabajar. Tenemos una camionetita vieja porque todavía no sale para la nueva y ahora desde madrugada buscamos dónde ponerle gasolina. Viajamos todos en ella porque nos permite trasladar a la familia y también la mercancía”, señala Rufino.


De acuerdo con Rufino, la semana pasada varios de sus clientes comenzaron a hacer compras inusuales y le comentaban sobre el temor que tenían de que los productos escasearan.

“La gente no sabe qué hacer, está al pendiente de las noticias y solo se habla de huachicoleo. Creímos que la gente iba a protestar más, sí ha protestado, pero creemos que en todo caso debemos sujetarnos un poco, administrar los recursos y esperar que el gobierno haga algo diferente a lo que se ha estado haciendo años atrás. Ahorita todos nos vamos a ajustar, pero vamos a salir ganando”, señaló.

A unos metros de distancia se encuentra el puesto de María de los Ángeles, pero a diferencia de Rufino, ella considera que no hubo una buena planeación para garantizar el abasto de combustible, aunque los ductos fueran cerrados.

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“En el momento que cerraron ductos, debieron comenzar a mandar las pipas para que no pasara esto. Está bien lo que hace López Obrador, pero lo que me parece es que sí debe haber castigos para los que han estado robando el combustible, porque esto se convierte en un cuento de no acabar”, dice.

María de los Ángeles señala que, si los efectos en el suministro de los productos no se han sentido, es por sacrificios que ellos mismos han hecho y la organización que han tenido. A través de un grupo de WhatApp entre todos se informan sobre las gasolinerías cercana que están dando servicio e incluso hay quienes van con garrafones y luego reparten gasolina entre los locatarios que se encuentran en horas de trabajo y no pueden hacer largas filas.


“El muchacho que maneja la camioneta que trae los productos que vendo, ha tenido que irse a dormir a las gasolineras para poder llenar su tanque”, dijo.

Señala que en general sus clientes están molestos y preguntan con regularidad si van a subir los precios de los productos, aunque nosotros les decimos que esto se va a regularizar. Pero si el suministro no vuelve a la normalidad, sí comenzarán a subir los precios porque en la Central de Abasto, “aunque hay productos, lo que no hay es cómo transportarlos, ese creo que va a ser el problema”.

Este mismo martes por la tarde, La Central de Abasto de la Ciudad de México informó que dentro de sus instalaciones y en los alrededores operan 10 estaciones de servicio que abastecen de gasolina a camiones que transportan alimentos.

A través de su cuenta de Twitter, el complejo dio a conocer a sus clientes, comerciantes y público en general que se cuenta con lugares de suministro del combustible para las unidades automotores que proveen abarrotes y víveres a la Zona Metropolitana del Valle de México y otras entidades del país.


Sin embargo, el Banco de México (Banxico) ha advertido que un incremento en la inflación es una consecuencia inevitable.

Por su parte, según la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), durante los días que lleva el desabasto de combustible en la ciudad solo se ha registrado un incremento en precios de productos como tomate, jitomate, cebolla, papa, limón y aguacate porque el suministro del diesel –hidrocarburo usado para trasportar mercancías-- es regular.

Medios locales reportaban el martes una mejoría del abastecimiento en estaciones de servicio en Ciudad de México, con filas más cortas de automovilistas esperando para cargar los tanques de combustible de sus vehículos.

En los últimos días Pemex incrementó el traslado de gasolina mediante carros tanques para surtir las estaciones de servicio, pero ha sido insuficiente para cubrir la demanda.

Además, López Obrador dijo que su administración adquirirá 500 camiones cisterna de 60,000 litros cada uno, con lo que se podrían transportar casi 200,000 barriles de combustibles, el equivalente a lo que dijo es el consumo diario de la capital del país.

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